"Después de sufrir un pequeño percance en el que no fui capaz de reaccionar y me quedé bloqueada, decidí que tenía que hacer algo, que eso no me iba a volver a pasar a mí. Por medio de una amiga conocí el Krav Maga, y gracias a que es un "deporte" para el que no hace falta estar en forma ni ser demasiado fuerte, me dí cuenta de que yo, una chica de metro y medio con 45 kgs podía defenderme sola. Eso me dio muchas más ganas de entrenar y de meterme en el mundillo de la defensa personal. Además, las clases de Krav con estos maestros no son como otras cualquiera, son amenas, instructivas, entretenidas y sobre todo ¡divertidas! Si tuviera más tiempo libre, seguro que lo dedicaría a ello, a entrenar más, física y mentalmente. Porque eso es Krav Maga, aprender a reaccionar en situaciones límite, en las que una patada, un empujón o un tortazo pueden salvarte la vida"

Sami (alumna de Ipar Eskola)

"El principal motivo por el que nunca me había animado a aprender defensa personal  es porque pensaba que para ello había que ser alta, fuerte y ágil, y yo no es que tenga precisamente ninguna de estas tres cualidades. Lo bueno del Krav Maga es que se adapta a mis características, y no a la inversa. La práctica del KM me ha hecho ver que tengo más fuerza de la que pensaba, y me da la confianza de saber que si en un momento dado soy agredida, voy a tener mucha más capacidad para defenderme"

 Ane (alumna de Ipar Eskola)